Aínsa - Sobrarbe

Los libros que uno lee de las bibliotecas públicas parecen cansados de contar siempre la misma historia. Sin embargo, los nuevos están ansiosos de que los abras, de que los leas con interés. En cambio, eso no les pasa ni a las carreteras ni a las canciones.

Hace más de 20 años pasé unos días por tierras de Huesca. Recuerdo sus carreteras sinuosas y estrechas, Astún, la Cola de Caballo. Era el año 1987 y Bruce Springsteen acababa de publicar su primer disco en solitario: Tunnel of Love. Uno de los mejores discos de la historia (no lo digo yo), sonaba frecuentemente en el coche relevándose con Tango in the night, de Fleetwood Mac, también de ese año. Desde entonces ambos discos son de mis favoritos, unidos a esos paisajes.

Hoy, de nuevo por el Sobrarbe, tanto tiempo después, nada parece haber cambiado. Tunnel of love suena igual de bien. Sin embargo, ya no es el mismo disco tras los años vividos.  Y es precisamente eso lo que sujeto al volante te hace preguntarte, por ejemplo, si “When I look at myself I don’t see/The man I wanted to be» (cuando me miro no veo al hombre que quería ser). Esa duda, en el “monte perdido”, no puede ser más oportuna.

Por lo demás, nos hospedábamos en un hotel en mitad de los valles de Huesca, muy recomendable . Es un establecimiento de pocas habitaciones, con una magia especial que surge de la mezcla de lo rústico, el glamour y lo perdido (voluntariamente, pues solo la cobertura de móvil y el adsl rural de menos de la mitad de una mega nos aceran remotamente a las causas veloces). Precisamente, durante la cena, silenciosa y elaborada (afortunadamente el bacalao no era “deconstruido”), en el que sonaban músicas brasileñas, el dúo Calatrava Kenny G y Michael Bolton y Rod Stewart metido a crooner en The Great American Songbook, me recordó a Perdidos.

Todos los huéspedes de esta antigua casa del terrateniente de la zona (un abad, claro) estábamos allí “huyendo” de algo. Quizás todos escapábamos del miedo a preguntarnos, como hace Bruce, I wanna know if it’s you I don’t trust/Because I damn sure don’t trust myself (quiero saber si no confío en ti, porque es seguro que no confío en mí) porque en el fondo suplicamos “God have mercy on the man Who doubts what he’s sure of” (D. apiádate del hombre que duda de lo que está seguro). Aunque en realidad, volviendo a Fleetwood Mac, muchos veníamos a reencontrarnos con las “siete maravillas” (seven wonders)  que por allí  se pueden disfrutar.

Termino con una recomendación que me ha hecho pensar mucho este verano sobre hacia dónde va la Red y en especial los twitts (el word recomienda su corrección por “twists”, que no está mal…). Esos mensajes cortos, de no más de 160 caracteres, que proliferan en la red. Recomiendo un artículo muy interesante de ese verano de Enrique Gil Calvo en El País.